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La reinscripción de las mujeres como objeto sexual

La reinscripción de las mujeres como objeto sexual

Y los zapatos, otra tecnología del desplazamiento, ¿a dónde nos han llevado en cada época? ¿Con quiénes? ¿Para hacer qué?

1996-2002

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UN VISTAZO…

Un vistazo por los pies de mis conocidas, incluyendo los míos, confirma la sospecha de que los juanetes abundan. Claro, con tanto zapato de tacón… ¡Y si fuera solo eso!… Lo peor del tema es la dificultad para andar sobre los pies con este tipo de calzado, doloroso para ellos, por la postura a la que los fuerzan, y que a su vez limitan tremendamente la velocidad de la marcha, e impiden caminar durante periodos de tiempo, y espacios, medianamente prolongados. En fin, una se siente sobre ellos como un pato con botas subiendo una cuesta mientras contorsiona trabajosamente sus caderas, cuando se trata de andar a pie, porque de conducir ni hablamos, con esas puntas, que no te dejan llegar al freno, y esas plataformas, que te impiden distinguir el acelerador del embrague”. 

(Milagrosa Carrero Sánchez, Entre el “burka” y los “tacones”, 2005) 

Los zapatos nos hacen caminar, nos gustan. Yo tengo además una historia personal con ellos, porque a veces los compartía con mi hermana, con la que éramos como mellizas. Y denotan una ausencia cuando están vacíos. Pensé que la forma de hacerlo era a través de un colectivo de donaciones. La obra tenía que viajar, pero viajar conceptualmente.

Cuando junté 300 pares de zapatos y ya había ganado cierto reconocimiento dije: ya es hora de salir al mundo.

¿Sin permiso?

Claro, este viaje duró 3 meses y fue así, sin permiso, porque era una protesta. La idea era cuestionar también al gobierno, por su silencio”. 

(Elina Chauvet, Zapatos rojos frente a La Moneda, 2018)

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LOS ZAPATOS…