“Si bien los planificadores del transporte a menudo describen la suburbanización como un resultado inevitable de los avances en el transporte, no reflexionamos sobre el hecho de que los suburbios también separan los roles de género en el espacio. El comercio y la política del centro de la ciudad fueron durante mucho tiempo dominio exclusivo de los hombres, mientras que la vida residencial de los suburbios, incluidas las compras y el cuidado de los niños, fue en gran medida la esfera de las mujeres”.
(Wachs, The automobile and gender, 1998)
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SI BIEN…
“La separación de la esfera del hombre de la esfera de la mujer fue, al menos en gran parte, una respuesta directa a los avances en la tecnología del transporte… Se creía que no se debería permitir que la agresividad y la agitación del mundo del trabajo – el mundo del hombre- se inmiscuyera en la paz y la tranquilidad del hogar – la esfera de la mujer. No se debía permitir que la densidad, el humo y la suciedad del mundo del comercio empañen la calidez, la protección y el placer del hogar y la mejor manera de lograrlo fue la creciente separación espacial del hogar y el trabajo”.
(Wachs, The automobile and gender, 1998)
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LA SEPARACIÓN…
“La definición del consumo como aquello que se opone a la producción se apoya en sentidos generizados. Se trata de una oposición binaria, común a las sociedades occidentales modernas, que descansa en una caracterización de la producción como una práctica activa, dignificante, que demanda un trabajo pesado o especializado, siendo el locus principal para la acción política, es decir, caracterizada con atributos asociados a lo masculino. En contraste, el consumo es identificado como pasivo, superfluo y trivial, características asociadas a lo femenino. No se trata de que sean varones o mujeres quienes realizan una u otra actividad —tanto unos como otras hacen ambas—, sino de la construcción social de los significados de estas prácticas como opuestas, apoyadas en la contraposición masculino/femenino”.
(Inés Pérez, Consumo y género, 2017)
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LA DEFINICIÓN…
“La ciudad en sí puede contribuir al crecimiento de las mujeres. También en los suburbios las mujeres se hacen amigas, por supuesto. Pero el diseño del paisaje suburbano promueve un enfoque más privado, más hacia adentro. La mujer suburbana – que pasa del garaje a la camioneta sin ninguna necesidad de salir a la calle, que carga con todo el mantenimiento de una casa grande, a la que se alienta a usar el propio jardín como espacio privado de recreación – es probable que no tenga muchas chances, o necesidad, de hacer nuevas amistades”.
(Leslie Kern, Ciudad feminista. La lucha por el espacio en un mundo diseñado por hombres, 2020)
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LA CIUDAD EN SÍ…
