Compartir

Los memes de la FISA

Un trimestre eran las bolitas y los tiritos, al otro las láminas de Salo, al siguiente los trompos: en los ochentas, cuando estaba aún en el colegio, me preguntaba cómo era que llegaban esas modas y cómo se sucedían sin razón aparente, como en la vieja canción de Cat Stevens.

Por

“Remember the days of the old schoolyard / When we had simplicity and we had / Warm toast for tea and we laughed”.

“Recuerda los días del viejo patio de la escuela / Cuando teníamos sencillez y teníamos / Tostadas calientes para el té y nos reíamos”.

El otro día le estaba explicando a un amigo lo que eran los memes (como los de Dawkins, no necesariamente los memes de Internet) y me preguntó: “Pero, antes de Internet, ¿cómo se propagaban los memes?”. Y tuve un flashback /epifanía. En los setentas y ochentas, la FISA (Feria Internacional de Santiago, quese celebraba en Cerrillos) era el lugar donde llegaban a Chile las novedades del Primer Mundo (los memes de la época, abuelitos de los actuales).

“Yo también iba a la FISA y hacía cola en el stand de Estados Unidos” (Felipe Bianchi, 1993, Zona de Contacto)

En su celebración anual en los meses de septiembre – octubre, los stands de los distintos países nos permitían acceder por unas semanas a lo que estaba pasando fuera en cuanto a gadgets, juguetes, juegos, enciclopedias, etc. Para los sub-40, cabe recordar que en esa época no había Tratados de Libre Comercio y lo más a la moda que se podía encontrar en Chile era en los puertos libres. Entonces, la FISA era EL mejor paseo para un niño en edad escolar, en especial el stand de los Estados Unidos: para entrar allí había que hacer unas largas colas que a veces tardaban horas en avanzar. Por este medio arribaba cada temporada la “Novedad del Año”.

Curiosamente, en Internet, aún hoy, no hay nada de info sobre esto, pero nada de nada: solo hay un texto que encontré en Google Groups y un thread del grupo de Facebook: “Yo Nací Entre El 70 -79 E Hice Las Tareas SIN INTERNET!!!”, que tocan lateralmente el tema y nada más. Así es que acá va un listado de los chiches / memes que se propagaron a partir de dicha feria.

(Agradecimientos especiales a los amigos de Twitter y Facebook que ayudaron a compilar la lista):

Las Pelotas Canguro

Llegaron a mediados de los setentas y perviven hasta hoy, aunque se les suele llamar erróneamente “pelotas saltarinas”. Su gran gracia era que permitían rebotar encima de ellas “hasta el cielo”.

La Masa Lunar 

Era una especie de mucosidad que venía dentro de un tarro del estilo de las pelotas de tenis, de contextura viscosa, que se dejaba caer con lentitud, como los relojes de Dalí. Circulaba el mito de que se podría agrandar si se le agregaban mocos (loros) propios. Hoy esa entelequia ha revivido, incluso en fabricaciones caseras a base de detergente líquido para lavadoras: es el famoso Slime.

El VaiVén

Se trataba básicamente de una especie de pelota de rugby atravesada por dos cordeles largos con manillas en los extremos, se ponían dos personas tomando la pareja de cordeles desde cada extremo con las manillas y los abrían alternadamente con fuerza de manera que la “pelota” viajara desde un extremo al otro.

Los Sea Monkeys

La Revista del Domingo de El Mercurio dio en algún momento de los ochentas por el trasto con estos bicharracos que en realidad eran unos guarisapos (o algo parecido) y que a muy poca gente le eclosionaron en vasos de agua que permanecían semanas encima de los refrigeradores, acumulando otro tipo de gérmenes.

Los Peta Zetas

Dulces que reventaban en la boca y sobre los que circulaba otro mito urbano: si se mezclaban con Coca-Cola hacían una explosión más grande solo para valientes.

Los Pulpos Pegajosos

Una de las cosas más impactantes de estos octópodos que se lanzaban contra un vidrio y bajaban deslizándose lentamente y girando, era cómo los vendedores callejeros se ponían en las esquinas y los lanzaban contra los vidrios del asiento de atrás de los autos para que los niños les rogaran a sus papás que se los compraran.

El Tiki-Taka

Un juego de habilidad manual como el Yo-Yo, que exigía coordinación para que las dos bolitas que lo componían golpearan alternada y velozmente por encima y por debajo de la mano que sostenía las cuerdas a las que iban atadas.

El Ula Ula

Otro juego de habilidad, llamado en el extranjero Oola Hoop, y de reminiscencias hawaiianas. Lo grosso era hacerlo girar con el meneo de caderas más allá de la cintura, pasarlo entre las piernas o llevarlo hasta los brazos.

El Cubo Rubik y el “Mágico” Rubik

Creados ambos por Ernö Rubik, el primero fue notablemente más conocido que el segundo. En el colegio el nivel de nerdismo, en una época en que los nerds NO existían, se medía casi exclusivamente en si uno podía resolver el puzle o no.

Bonus Track 01: Las enciclopedias Salvat

En 1979 o 1980 las enciclopedias se compraban de tres modos distintos: el primero, semanalmente en el Almac -mi papá iba los sábados y traía, cada sábado, un tomo de la Salvat Roja de 12 volúmenes; esa que indicaba en el lomo el detalle de la parte del orden alfabético que contenía (A-Arre, Arre-Buru, Buru-Coqui…)-; el segundo, por unos señores que eran vendedores puerta a puerta y que llegaban al barrio con un maletín lleno de dípticos que mostraban las maravillas de las enciclopedias a todo color y papel de alto gramaje; luego se le hacía un cheque y a los días llegaban casi siempre en tandas de docenas de tomos, La Historia del Arte o Las 100 Maravillas. El tercero, en la misma FISA, particularmente en el stand de España. Muchas familias se hicieron de sus primeros diccionarios enciclopédicos de esta última forma.

Bonus Track 02: los juguetes de Evil Knievel

Para las navidades de 1980 un par de metros más al poniente de la Librería El Quijote (Apoquindo con El Bosque) y a dos cuadras de nuestra casa en Vecinal, se instaló una juguetería que solo duraría seis meses en el barrio. Era demasiado especial, porque tenía muchos juguetes a pilas y con control remoto como pistolas, que con un aparato de luz podían abatir latas de bebida (también en el pack del juego) solo con apuntarlas. Eran juguetes demasiado caros para la época, pero con los que los dependientes de la tienda nos dejaban jugar a los niños del barrio. Uno de esos juguetes resultó memorable: se trataba de un action figure de Evel Knievel  montado en una moto a fricción.

Evel Knievel era el ídolo del barrio, un motociclista estadounidense que solía vestirse con un traje blanco con rayas rojas, azules y estrellas, simulando la bandera de los Estados Unidos y que todos en Vecinal conocíamos por saltar sobre decenas de autos en su moto, por tratar de saltar el Gran Cañón y porque tenía el récord Guinness de haberse fracturado 34 huesos en su carrera. Knievel, a quien llamábamos «Ívil Kanível» en nuestro inglés chapurreado, y su figura y moto de juguete nos acompañaron por lustros en la infancia y temprana adolescencia con mi herma (nuestros padres hicieron un gran esfuerzo por regalarnos aquella figurita) y fue, junto con los skates y los productos del stand USA de la FISA, nuestro más temprano contacto con la cultura yanqui que jamás olvidamos. Por cierto, la memoria recuerda que esa tienda de juguetes de ensueño consiguió todos sus productos en la misma FISA.

Atari 2600
Walkman TPS-L2

La lista es más larga (incluyendo chiches tecnológicos como el Atari 2600, el Walkman TPS-L2 y otras guarifaifas del tenor), pero siempre es bueno pedir ayuda para completarla, así que: mail a [email protected]

Solo dos citas al final, para cerrar esta entrada. La primera, sobre los memes mismos:

“Ejemplos de memes son las canciones, las ideas, las frases, las modas de ropa, las formas de hacer vasijas o de construir arcos. Al igual que los genes se propagan en el acervo genético, saltando de cuerpo en cuerpo a través de espermatozoides u óvulos, los memes se propagan en el acervo de memes saltando de un cerebro a otro a través de un proceso que, en sentido amplio, se puede llamar imitación. Si un científico escucha o lee acerca de una buena idea se lo transmite a sus colegas y estudiantes: lo menciona en sus artículos y sus conferencias. Si la idea capta la atención, entonces se propaga de cerebro a cerebro. Como mi colega NK Humphrey claramente ha resumido: “… Los memes deben ser considerados como estructuras vivientes, no solo metafóricamente sino técnicamente. Cuando plantas un meme fértil en mi mente, literalmente parasitas mi cerebro, convirtiéndo en un vehículo para la propagación del meme en tan solo la forma en que un virus puede parasitar el mecanismo genético de una célula huésped. Y esto no es una manera de hablar. Tomemos el meme de, por ejemplo, ‘la creencia en la vida después de la muerte’: este se realiza físicamente, millones de veces, como una estructura en el sistema nervioso de los hombres individuales a lo largo del mundo” (Dawkins, 1976:172, The Selfish Gene).

La segunda sobre el cargo, de aquello que estaba cargada, en los stands internacionales (en especial el de los Estados Unidos), la FISA:

“Hace dos siglos, todos los habitantes de Nueva Guinea todavía vivían en la Edad de Piedra”. Es decir, todavía utilizaban herramientas de piedra semejantes a las sustituidas en Europa por las herramientas de metal hace miles de años, y habitaban en pueblos no organizados bajo ninguna autoridad política centralizada. Los blancos habían llegado luego, impuesto por el gobierno central, trayendo bienes materiales cuyo valor Nueva Guinea reconoció al instante, desde hachas de acero, medicamentos, ropa, bebidas gaseosas, y sombrillas. En Nueva Guinea, todos estos productos se han referido colectivamente como ‘cargo’”. (Diamond, 1996:14, Guns, Germs & Steel).

Referencias:

Dawkins, R, (1976). The selfish gene. New York: Oxford University Press.Diamond, J. (1996). Guns, Germs and Steel: A Short History of Everybody for the Last 13,000 Years. London: Vintage.

Publicado originalmente en Tercera Cultura